lunes, 27 de febrero de 2012

AP9. El modelo finlandés.

La principal ventaja que apreciamos en la educación finlandesa es la propia sociedad en la que se sitúa. No alcanzamos a comprender el porqué, pero es evidente que la solidaridad y la conciencia de comunidad es algo importante en las sociedades nórdicas, especialmente en las escandinavas. Quizá un clima adverso lleve a los humanos a apreciar la fuerza de una sociedad cohesionada. De hecho, el último conflicto bélico interno que registra Finlandia es su Guerra Civil, que duró desde el 27 de Enero hasta el 15 de Mayo de 1918, al final de la cual ambos bandos, vencedores y vencidos, empezaron a trabajar juntos haciendo diferentes concesiones para reconstruir su país. Esto da una idea de la conciencia social y constructiva del carácter finlandés. En cuanto a bienestar, apostaron rápido por una red social fuerte y completa (avalada por elevados impuestos que revierten en los ciudadanos), y cuando quisieron dejar de ser una economía agrícola y potenciar la educación, solo tuvieron que proponérselo.

Si a esto añadimos una densidad de población cinco veces inferior a la española, (y un PIB per cápita de unos $40.000 frente a los $29.000 per cápita de España), podemos entender que un menor número de alumnos es siempre más manejable y dinámico. Quizá la necesidad de un menor número de docentes permita también una elección más exigente de los mismos, y esto unido a la ya mencionada conciencia de constructores sociales, lleve a la docencia finlandesa a la excelencia.

Por otra parte, hemos oído en el reportaje que en las aulas finesas existe un 40% de población inmigrante, en ese mismo sistema público en el que todos querríamos vernos reflejados. Luego cabe suponer que, teniendo en cuenta todas las consideraciones que haga falta, la realidad es que con un profesorado bien preparado y respaldado (económica y socialmente, por las familias y las administraciones), ante una densidad de inmigración elevada, los resultados también pueden ser brillantes.

En esta clave se comprende cómo una gestión educativa municipal es coherente con la trayectoria nacional, cómo una red pública de escuelas generalizada es respetada y respaldada por la inmensa mayoría de la población, cómo la educación en general, y los docentes en particular, son autorizados y considerados como constructores de este importante y valorado carácter nacional.

Quizá poco a poco esa conciencia social y comunitaria presente en las sociedades nórdicas vaya calando en nuestra conciencia colectiva, y quizá entonces estemos preparados para consensuar y desarrollar un sistema educativo realmente justo, igualitario e inclusivo (LOE)

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